Diseño

Cinco sillas: funcionalidad y comodidad del diseño del bumangués

Revista AXXIS / 
enero 2 - 2023
Cinco sillas: funcionalidad y comodidad del diseño del bumangués
La firma colombiana Folies revive cinco diseños clásicos del reconocido Jaime Gutiérrez Lega. Se trata de las sillas Avispa, Vaivén, Lega, 2340 y Museo.

Crear nuevos clásicos. Este ha sido el objetivo de la firma Folies desde sus comienzos en 2015. Por esta razón, para sus fundadoras –Eugenia Robledo y Jimena Londoño– el haberse encontrado con la obra del padre del diseño colombiano, más que una casualidad, fue el destino y paso por seguir. 

La inspiración de la marca

Con una filosofía de cero desperdicios, los diseños de Jaime Gutiérrez Lega son el reflejo de un enamoramiento de la relación del hombre con los objetos. Nació en Bucaramanga en 1932 y estudió Artes Aplicadas en Estados Unidos. A su regreso comenzó a implementar en el país lo que hoy se conoce como diseño industrial, para convertirse posteriormente en uno de los más grandes precursores nacionales. 

Por más de cinco décadas ha sido protagonista en los campos de la arquitectura, el diseño, el arte y la escultura –incluso hasta la arqueología–. Un prolífico legado que ha convertido sus piezas en clásicos perdurables y atemporales. 

Y para rendir un homenaje a la herencia de Gutiérrez Lega, la marca Folies reedita cinco sillas que llevan su firma. Se trata de piezas que representan las bases del diseño del bumangués: funcionalidad, eficiencia y comodidad.

Fotografía: Andrés Espinosa, cortesía Folies.

Con Avispa –1955–, la primera en orden cronológico, propone una silla sobria y ligera, ideal para coleccionar. Vaivén –1958–, que baila y arrulla, simula el movimiento del moisés en el que duermen los bebés. 

Por otra parte, Lega –1960– y 2340 –1962– son sillas que desde lo clásico y lo contemporáneo abrazan a quien se sienta en ellas. Ligeras y elaboradas desde el detalle, la estética no traiciona el confort.

De líneas simples y cuidadoso despiece, la silla Museo –en acero, 2012– se deriva de un rectángulo. Su función original surgió de un concurso de diseño que buscaba crear un descanso inteligente y sofisticado para los vigilantes de galerías y museos. Finalmente, como afirma Gutiérrez Lega: “¡Si pasamos tanto tiempo sentados, por qué no hacer bien una silla!”.

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