Arquitecto Felipe González Pacheco, en Bogotá
El recorrido se plantea al transeúnte a través del interior del edificio, dejando al descubierto las actividades de creación y pedagogía artística que ocurren en sus entrañas, alimentando de contenido el trayecto.
Es un prisma de vidrio, blanco y abstracto, que busca eliminar su propia arquitectura para rendir tributo a los antiguos edificios de muy alto valor patrimonial que lo rodean, entre ellos la Capilla y “El Campito”, otrora un manicomio, hoy en día casa de la Facultad de Arquitectura.
El nuevo volumen blanco y puro, insertado de manera silenciosa (aunque claramente contrastante), se horada para generar accesos y circulaciones, aperturas que se pintan de verde en un guiño a la naturaleza circundante.
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